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jueves, 28 de noviembre de 2013

BLUE JASMINE


Hasta ahora y según mi criterio, las películas de Woody Allen podría dividirlas en dos categorías: las buenas, que afortunadamente son más, y las no buenas, ya que no me atrevería a calificar de mala cualquier cosa que pueda realizar este dios del cine. La que nos ocupa la echaría al saco de las primeras, aunque no sea excelente. Si le diera una puntuación, cosa a la que no acostumbro, le daría alrededor del 6.

La idea y el guión es, más que original, tremendamente actual. Da la impresión de que el bueno de Woody, cuya relación con nuestro país es fluida y cordial, está al corriente de los noticieros patrios y ha querido retratar alguno de los sonados casos de corrupción que padecemos, tipo Bárcenas o Urdangarín, aunque es lógico pensar que allí también ocurren.

Parece mentira que hasta de un tema tan deprimente, consiga hacer una comedia divertida. Es llamativo cómo domina los registros de las diferentes clases sociales y la manera tan cierta con la que muestra la relación entre ambas.

Destaca el trabajo de Cate Blanchett, o eso se intuye a pesar del doblaje que tanto peso tiene en las películas de Allen, ya que se sustentan en la palabra más que en la imagen. Y es que este genio es un asombro de ocurrencia y prolificidad, su creatividad literaria le permite escribir y dirigir una película por año (¿tendrá uno o varios negros?).

En definitiva, un filme correcto y agradable que reconforta por su justicia y su interesante análisis social y que está dedicado especialmente a aquellos ridículos especímenes que, permitidme la expresión, “cagan en alto”. Toda una lección, aunque sin excesiva moralina.

28/11/2013

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