La película se centra en el rodaje de
Psicósis y de cómo consiguió que una producción por la que nadie apostaba se
convirtiera en el mayor éxito de su ya importantísima carrera.
Se alza como figura estelar en este
filme su esposa Alma Reville, una mujer de extraordinario talento que hacía
mejor el trabajo del original director británico y que es interpretada por la
espléndida Hellen Mirren. Es una especie de homenaje a esas mujeres tan importantes
que han vivido a la sombra de un genio.
Me parecía complicado llegar a ver en
Anthony Hopkins a este cineasta tan visible. Su imagen es una de las más
poderosas de todos los directores de la historia, como también lo es la del propio
actor galés, por unos momentos no sabía si veía a Hitchcock, a Picasso o a
Hannibal Lecter después de haber devorado a una actriz rubia sin masticar. Pero
poco a poco Hopkins se apodera del personaje y consigue recrear bastante bien
la arrolladora personalidad de este magnífico, divertido, sarcástico y obsesivo
creador.
Aunque queda patente que lo que encumbró
a Psicósis fue la picaresca de su director, el montaje y la música, me hubiera
gustado que hubieran destacado más el papel que tuvo Bernard Herrmann, a mi
criterio casi el 50% de la película.
Se puede disfrutar con la típica
sintonía compuesta por Gounod, ya que comienza y termina como un capítulo
televisivo de “Alfred Hitchcock Presenta”, así como la del propio Herrmann y la
incidental de Danny Elfman, que no está nada mal.
A destacar el parecido del actor James
D’arcy con Anthony Perkins y la cautivadora belleza de Jessica Biel haciendo de
Vera Miles y sobretodo de Scarlett Johansson en el papel de Janet Leigh,
deslumbrante.
Me quedo con la respuesta que le da
Hitchcock a su mujer en una de las últimas frases de la película y que viene a
ser algo así:
-“He esperado 30 años a que me digas esa
frase” -“Por algo me llaman el Maestro del Suspense”.
Los amantes del cine no pueden
perdérsela.
05/03/2013
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