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sábado, 9 de noviembre de 2013

EL LLANERO SOLITARIO


Son más que sabidos los paralelismos que se establecen entre lo que parece ser esta nueva saga y la de “Piratas del Caribe”, mismo director, productores y planteamiento, así como el alma de éstas que no es otro que el actor y productor Johnny Depp.

Si en aquella lo que se quería recrear eran los tópicos de las antiguas películas de piratas para darlas a conocer a las nuevas generaciones y hacer llenar los cines también con sus nostálgicos padres y abuelos, en esta pasa lo mismo pero con las del oeste. Se le añade además la añoranza de una antigua serie de televisión norteamericana de los años 50 basada en este personaje y de otra de dibujos animados de los 60 y que en España se emitió en los 80. (Confieso que era uno de mis héroes de la infancia y que lo personificaba en mis mejores cowboys de plástico de Comansi, con su caballo blanco Plata y con el compañero indio incluido).


El protagonista, Armie Hammer (quien ya hizo un doble papel en “La Red Social”) encarna correctamente al personaje y parece tener buena química con Jonnhy Depp, que aunque hace del nativo Toro, huelga decir que poca gente o nadie ve en él al comanche que representa, sino a él mismo, hecho que particularmente no me molesta en absoluto e incluso diría que le da un toque más cómico aún.


La película tiene un arranque magnífico, con mucha fuerza y acción trepidante que podría recordar a otras tan frenéticas como las de Indiana Jones. Después entra en una fase un tanto extraña, gusta lo que se ve, todo está bien hecho, lleno de momentos divertidos pero no acaba de entretener del todo y resulta larga, no mantiene ese buen ritmo con el que comienza. El último tramo vuelve a remontar y alcanza el tono inicial. Es además un estudio musical de la obertura de la ópera “Guillermo Tell” de G. Rossini, que tan famosa se hizo ya en la serie de animación y que ha quedado asociado desde entonces con las galopadas del western.


El aspecto que más me llamó la atención, aparte de la ambientación en general, fue la estética de los paisajes. Jamás he visto Monument Valley retratado con tantísima belleza y esplendor como en este filme.


En conclusión, puede ser una buena opción para llevar al cine a los niños y que disfruten con una película del oeste, oportunidad que sí hemos tenido otras generaciones. Es divertida,  heroica y amablemente infantil, aunque ni mucho menos redonda.


24/08/2013



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