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jueves, 3 de abril de 2014

LAS AVENTURAS DE PEABODY Y SHERMAN


Ahora que estoy inmerso en la aplicación del cine a la educación, me atrevería a calificar esta película como paradigmática en este sentido. Por fin tenemos un protagonista que es una especie de héroe legendario que debe todas sus habilidades y logros gracias a su sabiduría y no a la fuerza bruta o a la picaresca, domina todas las disciplinas y es adalid de la cultura y el conocimiento. Lo más curioso es que todos estos prodigios, fruto de una inteligencia suprema, están encarnados en la figura de un pequeño y simpático beagle de pelaje blanco.

Basada en la serie de dibujos animados de los años 60 llamada “El show de Mr. Peabody y Sherman”, cuenta las aventuras de un brillantísimo perro cuyo mayor desafío es el gran reto de educar a su hijo adoptivo humano. Para ello, se dedica en cuerpo y alma a este menester, llegando incluso a inventar una máquina del tiempo llamada “El vuelta atrás”, que utiliza para darle las mejores lecciones de historia que uno se pueda imaginar, viajando a las épocas y lugares más cruciales y viviendo los acontecimientos in situ con sus protagonistas. Con su entrega y empeño en transmitir esos valores nos da una auténtica lección de paternidad a todos.

El filme tiene un enfoque ameno y divertido para que disfruten y aprendan los más pequeños a la vez que hace numerosos guiños para regocijo de los mayores.

El hecho de que nuestro protagonista sea un atípico cánido y no un padre humano propone varias cuestiones interesantes. Consigue crear un ambiente de fantasía surrealista que la hace más graciosa. Conecta mejor con el público infantil que adora a estos animales. Es fuente de conflicto en la película y abre un debate que puede ser extrapolado a otros sectores sociales sobre la idoneidad o no de alguien para adoptar a un niño. Por último plantea algo controvertido que es consustancial a la naturaleza canina del señor Peabody y que intenta transmitir a su pupilo, el principio de obediencia. No siempre ser obediente es positivo en cuanto a sumisión o docilidad carente espíritu crítico, para que lo sea debe haber criterio y formación. Si aún no se posee por inmadurez o desconocimiento, tienen que existir otros valores como la confianza, o en su sentido más amplio, el amor.

03/04/2014

2 comentarios:

  1. Las letras y sus estructuras pueden ser frías, cálidas, antagónicas, apocadas, o nacer moribundas; incluso pueden ser ajenas y distantes a su escribiente, cuando eso sucede; cuando las palabras carecen de esencia, no importa el adorno que las viste.
    Por eso me gustan tanto tus críticas; por sus férreas estructuras y su genuina identidad: te derramas en cada letra, en cada idea...
    Esta opinión no pretende desmerecer al metraje, sino dibujar el trabajo de Jose en su conjunto, bajo un prisma particular que lo anime, espero, a continuarlo.

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    1. Alberto, por enésima vez me dejas sin palabras de agradecimiento. Lo único que te puedo decir, y no es correspondencia servil sino que lo siento así profundamente, es que me sonroja reconocer en tus "breves" palabras, infinitamente más hondura y calidad literaria que en mis cientos de párrafos que pudiera escribir. ¡¡¡Un libro tuyo ya!!!

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