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lunes, 20 de enero de 2014

EL MÉDICO

Digna adaptación de uno de los fenómenos literarios de los últimos años, no tanto por su fidelidad con la novela (hay muchas cosas que cambian) sino por su entidad fílmica. Tiene como ventaja contar con una buena historia situada en una época y lugar con un atrayente exotismo y que se sabía del gusto del gran público. Aunque es cierto que esto tiene también sus inconvenientes por las altas expectativas que crea, pero en general no decepciona.

Es difícil desligar su análisis del libro en el que está basado, cuenta con todos esos ingredientes que le hacen ser un best-seller y me recuerda bastante a otro gran éxito que se llevó a la pantalla como fue “El perfume”, pero en lugar de quitar vidas en ésta su protagonista lucha por salvarlas. Ambas poseen cierta similitud estructural que le hacen, al parecer, crear un interés masivo (chico de infancia difícil con una cualidad innata sobrenatural en su disciplina y que va en busca del conocimiento).

Para mí lo más destacable es que se deja ver sin suponer una catástrofe para los bibliófilos, aportando aquello de lo que adolece la literatura, una ambientación y una belleza visual que me cuesta concebir superior en la mente del lector más imaginativo. Naturalmente carece de la profundidad que Noah Gordon expresa en el texto, tanto en lo narrativo como en el estudio y relación de los personajes, pero esa es la obvia superioridad de la literatura sobre el cine.

Interesante es la reflexión que plantea de la eterna rivalidad entre la ciencia y la religión (al igual que “Ágora” de Amenábar). Queda patente una vez más cómo el poder de las creencias mal entendidas unidas a la mezquindad humana de la que han hecho gala ciertos poderes a lo largo de la historia, se impone sobre la razón y la lógica científica que hacen que el mundo avance.

También por fin vemos en una producción estadounidense o europea, como es el caso, que el mundo oriental está por delante del occidental y presenta a la medicina musulmana como la más avanzada de la época, personificada en Avicena (Ibn Sina) que además fue filósofo, científico y polímata, muestra de que las diferentes disciplinas del conocimiento no se concebían como departamentos estancos. Un ejemplo de ello es ilustrado cuando se trata la teoría de la música de las esferas.

Conclusión, película aceptable muy indicada para lectores perezosos o amantes del pensamiento medieval.

20/01/2014

4 comentarios:

  1. Estaba deseando verla y después de percibir el entusiasmo que refleja tu crítica, mi motivación ha aumentado considerablemente.Mi agradecimiento personal por el trabajo que realizas en tu blog.

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  2. Muchas gracias a ti por tus palabras de aliento. En mi ánimo está el poder servir humildemente en vuestra orientación a la hora de ver una película y/o intercambiar opiniones.

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  3. Hola José Manuel, acabo de ver la peli y tras leer tu crítica estoy de acuerdo contigo. El libro lo leí pero hace mucho tiempo. Por cierto, has puesto que la producción es estadounidense y creo que es alemana. Enhorabuena por el blog.

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    1. Hola, Juan. Muchas gracias, tienes razón, voy a cambiarlo, aunque lo que quiero decir no cambia en esencia.

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