Antes de ir a verla ya había escuchado comentarios positivos sobre ella y tal vez por eso me pareció algo decepcionante. Ciertamente deslumbra su belleza visual y el hecho de que incumpla algunas reglas de los cuentos clásicos la hace más original, pero tampoco es realmente transgresora.
De metraje superior a lo que es habitual en este tipo de películas y a pesar de tener un ritmo narrativo rápido, demora en demasía la aparición del esperado contrapunto cómico de la historia que no es otro que un descollante muñeco de nieve, que para mí es de lo mejor de la cinta. Es tierno e ingenuo y se marca uno de los números musicales más brillantes.
Por otra parte, se nota demasiado la lógica presencia y el toque que le ha dado su codirectora convirtiéndola en una película excesivamente femenina y algo más infantil de lo deseable, digamos que es realmente un filme de princesitas.
Sin duda el capítulo musical es lo más destacable. Con música del matrimonio Robert López y Kristen Anderson-López, tiene vocación de acercarse a los grandes musicales que hiciera Alan Menken en la década de los 90 y que hizo revivir una segunda etapa dorada en Disney, pero con un aire más moderno. Resulta bastante efectista pero no tiene toda la riqueza musical y orquestal que derrochaba el gigante de Menken en cualquiera de sus trabajos. Aún así el resultado es bastante satisfactorio, sin duda guiado por ese planteamiento estético y que como hemos podido comprobar ha dado sus frutos.
5/3/2014
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