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martes, 29 de marzo de 2016

DEADPOOL

Divertidísima película basada en el irreverente personaje de la Marvel, que supone el debut en la dirección del creador de efectos visuales Tim Miller.

Con un Ryan Reynolds estelar disfrazado de una especie de Spiderman ninja sin mucha moral ni ética, nos ofrece una visión distinta de una historia de superhéroes, pero con un esquema similar al tradicional.

La hilaridad característica del filme se manifiesta ya desde el principio con unos originales títulos de crédito en los que no aparece ni un solo nombre. Apropiada para mentalidades maduras y descreídas de la habitual épica fantástica pretenciosamente realista, conecta perfectamente con el público adulto utilizando el humor gamberro y corrosivo como leitmotiv. Además tiene la habilidad de moverse en unos terrenos límite, rozando el mal gusto pero sin llegar a él. Es sarcástica, desvergonzada y políticamente incorrecta. Cuenta con unos brillantísimos diálogos que no tienen desperdicio, introduciendo continuos gags a una velocidad que los hace difícil de seguir a veces, entre otras cosas, porque requieren de cierta formación para pillarlos.

Es singular también la relación del protagonista con su chica, ya que presenta la típica historia de amor romántica dándole otra vuelta de tuerca y mostrándola desde un punto de vista mucho más carnal.

Los efectos visuales destacan por su calidad, incluso mejores que otras grandes producciones que se toman más “en serio”. Se nota que el director procede de ese mundo y les da la importancia que merecen.

Uno de los elementos más característicos de este personaje es su comunicación continua con el público a través de lo que se conoce como la rotura de la cuarta pared, produciendo un efecto aún más cómico y conectando mejor con el espectador.

No es la típica película para ir con los pequeños de la casa, ya que en absoluto es apta para esas edades.

Altamente recomendable para pasar un rato muy divertido con mucha acción.

25/03/2016

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