Con una estética muy atractiva y cuidada, el filme comienza con mucha fuerza, abriendo con una secuencia bélica aérea para trasladarnos después a la infancia y juventud del protagonista. El ritmo narrativo es bueno hasta que se detiene demasiado en la escena de la balsa (que recuerda bastante a “La vida de Pí”). Bien es cierto que la directora ha querido transmitir esa sensación de desesperanza dilatando dicha parte del metraje, pero retiene demasiado su agilidad inicial y no la recupera después.
Personalmente hubiera preferido que la película narrara la biografía completa de este personaje y que fuera más dinámica, con episodios más impactantes y épicos, aunque los tiene, y también con más deporte y menos guerra, pero quizás se han querido ceñir a la realidad y a la parte más impactante de su vida. Se centra, por tanto, en su cautiverio en un campo de prisioneros japonés y en este sentido se convierte un poco en una “americanada”, con un malo malísimo (japonés) y un bueno tan valiente y fuerte que parece un superhéroe (americano). Aunque tal vez, como suele pasar, la realidad supere a la ficción.
Varios pequeños detalles me llamaron la atención. Por un lado el extraño modo en el que les crecía la barba a dos de los náufragos que llevaban en una balsa en altamar 47 días. Por otro, que los cortes de pelo de los soldados del campo de prisioneros estuvieran perfectos y con estilo. Señalar también el tinte negro tan cantoso del protagonista, seguramente para hacerlo más italiano.
La música, a cargo de uno de los mejores compositores de cine de los últimos años que posee ya su sello propio, el francés Alexandre Desplat, paradógicamente se acerca en ciertos momentos a estilos más americanizados como los de John Williams o James Horner.
En general, se deja ver bastante bien y tiene un maravilloso mensaje final absolutamente ejemplarizante.
02/01/2015
Estupenda crítica a la película, como siempre.
ResponderEliminarMuchas gracias Alberto.
EliminarVerlo por escrito hace revivir la película...crítica excelente y completamente de acuerdo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Celia.
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