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jueves, 15 de enero de 2015

INVENCIBLE (UNBROKEN)

Segunda película de Angelina Jolie como directora, con guión de los hermanos Cohen, está basada en la historia real de Louis Zamperini, una joven estrella del atletismo estadounidense de origen italiano, que ve truncada su carrera deportiva por servir en la segunda guerra mundial.

Con una estética muy atractiva y cuidada, el filme comienza con mucha fuerza, abriendo con una secuencia bélica aérea para trasladarnos después a la infancia y juventud del protagonista. El ritmo narrativo es bueno hasta que se detiene demasiado en la escena de la balsa (que recuerda bastante a “La vida de Pí”). Bien es cierto que la directora ha querido transmitir esa sensación de desesperanza dilatando dicha parte del metraje, pero retiene demasiado su agilidad inicial y no la recupera después.

Personalmente hubiera preferido que la película narrara la biografía completa de este personaje y que fuera más dinámica, con episodios más impactantes y épicos, aunque los tiene, y también con más deporte y menos guerra, pero quizás se han querido ceñir a la realidad y a la parte más impactante de su vida. Se centra, por tanto, en su cautiverio en un campo de prisioneros japonés y en este sentido se convierte un poco en una “americanada”, con un malo malísimo (japonés) y un bueno tan valiente y fuerte que parece un superhéroe (americano). Aunque tal vez, como suele pasar, la realidad supere a la ficción.

Varios pequeños detalles me llamaron la atención. Por un lado el extraño modo en el que les crecía la barba a dos de los náufragos que llevaban en una balsa en altamar 47 días. Por otro, que los cortes de pelo de los soldados del campo de prisioneros estuvieran perfectos y con estilo. Señalar también el tinte negro tan cantoso del protagonista, seguramente para hacerlo más italiano.

La música, a cargo de uno de los mejores compositores de cine de los últimos años que posee ya su sello propio, el francés Alexandre Desplat, paradógicamente se acerca en ciertos momentos a estilos más americanizados como los de John Williams o James Horner.

En general, se deja ver bastante bien y tiene un maravilloso mensaje final absolutamente ejemplarizante.

02/01/2015

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