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lunes, 30 de mayo de 2016

KIKI, EL AMOR SE HACE

Última película del ya no tan sorprendentemente brillante director y actor Paco León, que ha demostrado su talento desde el principio detrás de las cámaras.

Con una atractiva estética que podríamos denominar de hipstérico-hippie y un predominante colorido pastel que le da cierto aspecto de anuncio de compresas o de Wallapop, la cinta trata de varias relaciones de pareja que se ven condicionadas por extrañas parafilias sexuales.

Esta temática que sirve como tronco vertebrador del filme y que pudiera parecer que incurriría de manera fácil en el mal gusto, la perversión o incluso rozar lo pornográfico, no es así en absoluto, sino que se sirve de dichas patologías para narrar historias de amor impregnadas de humor y llenas de romanticismo. Aunque es evidente que el sexo tiene protagonismo, en las escenas predomina la pasión, el erotismo y la ternura.

Cada uno de los relatos está muy bien trazado, con multitud de situaciones desternillantes y con su propio clímax final que multiplica el disfrute del espectador, llegando a ser algunos de ellos bastante bonitos.

Es digno de destacar el trabajo actoral, con interpretaciones muy naturalistas que parece que fueran improvisadas. (Por lo visto Paco León da unas pautas de lo que tienen que decir pero sin las palabras exactas). Sobresale especialmente la participación de Candela Peña y Belén Cuesta.

Cuenta con una impresionante banda sonora muy original y sumamente variada, hecha a base de canciones de estilos diferentes.

En definitiva, una comedia terapéutica, recomendable contra todo tipo de tristezas.

02/05/2016