Dirigida por uno de mis directores más admirados, el británico Danny Boyle, echo en falta en este trabajo gran parte de su habitual dinamismo narrativo, muy visual, apoyado siempre sobre un montaje ágil. Por el contrario me he encontrado con una concatenación de secuencias estáticas, con estructura y ambientación similares a lo largo del tiempo, en los backstages de diferentes auditorios con interminables diálogos previos a la presentación de algún producto Apple por parte de su protagonista.
Todo está basado en los diversos duelos interpretativos que se suceden entre el actor de moda, Michael Fassbender y el resto del elenco, destacando especialmente su réplica femenina, Kate Winslet. Es por esto que vuelve a ser imprescindible, una vez más, verla en versión original para hacer una valoración justa. No obstante, lo que me transmitió a mí en su versión doblada, fueron unas interpretaciones llenas de impostura, artificiosidad y pretenciosidad máxima.
Me recordó un poco a “Birdman”, por sus eternas charlas y las claustrofóbicas localizaciones donde se sitúa la acción, pero a ésta le faltan gran parte de las originalidades estéticas que sí poseía la obra de González Iñárritu. Tal vez corra una suerte análoga en nominaciones y premios.
El guion parece centrarse en dejar claro lo detestable que era Steve Jobs como persona y en que más que un genio de la informática, que por lo visto no lo era en absoluto, sí que era único como empresario.
Solo apta para admiradores de este personaje y fans de sus productos, o aquellos que gocen con los largos parlamentos y contiendas interpretativas (aparentemente) brillantes.
12/01/2016