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jueves, 29 de octubre de 2015

MARTE (THE MARTIAN)

Tercera gran producción sobre tema espacial, después de las dos exitosas incursiones de Alfonso Cuarón y Christopher Nolan con “Gravity” e “Interestellar” respectivamente. Esta vez es el gran Ridley Scott quien se atreve con esta especie de Robinson Crusoe galáctico.

Basado en la novela de Andy Weir, el director británico hace un planteamiento bastante acertado del filme, que parece cimentado sobre una sólida base científica para dotarlo de verosimilitud (o al menos esa es la sensación que da a un lego en la materia como yo), sustentada por un estupendo reparto que cuenta con una estrella como Matt Damon en el papel protagonista y aderezada con buenas dosis de tensión, emoción y comedia.

Me llamó positivamente la atención que en una película de estas características no se explotara esa faceta sentimentaloide que tanto prolifera, en donde esposas, maridos o hijitas esperan con angustia la vuelta de su ser querido, al tiempo que los expedicionarios padecen un terrible sufrimiento por su ausencia. ¡Con lo fácil que lo hubieran tenido en este caso, con un hombre abandonado a su suerte completamente solo en Marte! Tan solo aparecen lógicas menciones puntuales a este respecto con los miembros de la tripulación, pero con una visión totalmente desdramatizada, a pesar de lo arriesgado de la situación.

También me gustó la composición del personaje principal, que muestra con claridad que para sobrevivir en una situación tan extrema como esta, es necesario dejar de lado la pasividad, la suerte, la superstición (que alguien puede asociar con lo espiritual o religioso) y activar varios mecanismos esenciales como el instinto de supervivencia, el optimismo, la estrategia, la previsión, el conocimiento, la ciencia, la inteligencia (casi nada), pero sobretodo y más llamativo, el sentido del humor.

Con respecto a la música, Harry Gregson-Williams realiza un buen trabajo con grandes momentos orquestales, pero destacan especialmente las canciones populares que contrastan con las escenas en las que aparecen, con el claro objetivo de eliminar tensión.

La película, aparte de hacerme pasar un buen rato y gozar del buen cine (aún siendo larga), me hizo reflexionar sobre el valor de la vida humana. Parece claro que no todas valen lo mismo y este es un buen ejemplo de ello, sobre todo si lo observamos desde el punto de vista logístico y económico y lo comparamos con personas que viven en otras zonas menos afortunadas y con situaciones más desfavorecidas.

Lo que sí resulta evidente es que la vida de Matt Damon importa mucho más que la de cualquier otro mortal, habida cuenta de que Steven Spielberg sacrificó a 8 militares (incluido el capitán Tom Hanks) para salvarlo como soldado Ryan, y ahora Ridley Scott pone en alerta a toda la NASA, pide colaboración internacional y compromete la integridad de 5 astronautas a los cuales les esperan sus familias (a Damon parece no esperarlo nadie) en ésta. 

Bromas aparte, se trata de una estupenda película que nos hace disfrutar de nuevo del espacio y la ciencia.

29/10/2015

miércoles, 28 de octubre de 2015

ÍKER JIMÉNEZ

El periodista Íker Jiménez acaba de ser galardonado con el premio Ondas al mejor presentador, hecho que me parece de gran justicia. Y es que, aparte de otras muchas virtudes como profesional (gran comunicador, sólida y precoz formación, experiencia, cultura, locuacidad y sobretodo capacidad de transmitir pasión por lo que hace), me llama la atención el respeto y el trato tan exquisito que tiene hacia el espectador, algo que parece ya desfasado en la televisión actual, pero que se agradece muchísimo. 

Nada que ver con otro tipo de periodismo como el de "Los Manolos" que se dirigen al público como si fueran colegas en una noche de copas o, ya para quedarse sin calificativos, el circo de los horrores que cada tarde y algunas noches invade Tele 5, sin ninguna consideración hacia los televidentes, reinando la chabacanería y el mal gusto. Realmente impresentable.

¡¡Enhorabuena Íker!!

28/10/2015