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jueves, 22 de enero de 2015

BIRDMAN O (LA INESPERADA VIRTUD DE LA IGNORANCIA)

Originalísima producción del excelente director mexicano Alejandro González Iñárritu, que parece seguir la estela de su compatriota Alfonso Cuarón en lo que a la carrera a los Óscars se refiere y al impacto que está causando su trabajo.

El filme asombra por emplear numerosos elementos que no son habituales, como el uso de larguísimos planos secuencia, que dificultan enormemente el rodaje (no así el montaje) pero que lo dotan de un aspecto muy teatral. Recurso muy bien utilizado teniendo en cuenta que se trata de un filme que muestra los entresijos del mundo de la farándula.

La cámara se coloca, generalmente, a la altura de la mirada con movimientos muy orgánicos, para hacer partícipe al espectador de todo como si fuera un miembro más del reparto, siendo testigo directo de la historia. Se sitúa en algunos momentos tan cerca de los actores (con una ligerísima deformación tipo ojo de pez) que da la impresión de que pudiera llegar a agobiarles, aunque esta sensación no se deja ver en ningún momento por parte de los intérpretes, el director sugiere querer mostrarnos los pensamientos más profundos de los personajes.

Es divertido el juego de ambigüedad narrativa que nos ofrece Iñárritu al mezclar lo objetivo y lo subjetivo, la realidad con la ficción, estableciéndose una curiosa complicidad con el público pero que a veces pretende confundir al no diferenciar claramente una cosa de otra y abriéndose así a diversas lecturas.

Es notorio que el peso de la película recae sobre las interpretaciones, de ahí que se haga fundamental verla en versión original para apreciar y juzgar de forma justa este aspecto. Con la copia doblada que llega a la mayoría de nuestros cines no podemos más que intuir la calidad de dicho trabajo.

Diría que uno de los objetivos principales del filme ha sido recuperar a una vieja gloria del panorama hollywoodiense como Michael Keaton. Debido a la analogía que se produce entre la vida de Keaton y la de su personaje Riggan Thomson, que a su vez también interpretó en su día a un exitoso héroe de acción, en este caso Birdman, y puesto que se hace referencia directa a actores reales que sí se relacionan con su verdadera encarnación de superhéroes, deberían haber sido más valientes y haber llamado directamente al protagonista Michael Keaton y a su álter ego, Batman.

He dejado para el final el que para mí es el elemento definitivo más insólito de todos, la banda sonora. Realizada por el percusionista mexicano Antonio Sánchez, está compuesta casi en su totalidad por ritmos de batería en los que se alterna un lenguaje musical vanguardista con estilos rítmicos más propios de este instrumento. Ya desde el comienzo, en los no menos singulares títulos de crédito, apreciamos que se pretende imitar el revoloteo de un pájaro enjaulado, metáfora de lo que ocurre en la mente del protagonista. De este modo, se convierte en un magnífico indicador psicológico, siendo en ocasiones regular y en otras totalmente caótico. Solo cuando éste se siente de nuevo encumbrado por la gloria que fue, suena un maravilloso fragmento orquestal tomado de la sinfonía nº 2 en Mi menor, opus 27 de Rachmaninov.

Desde luego que escuchar la banda sonora en un disco puede resultar duro, pero en la película funciona bastante bien y supone una bocanada de aire fresco en un campo que está abusando demasiado de tanto piano minimalista y de tanta orquesta enlatada. Es difícil encontrar hoy día un trabajo con personalidad y alma que no suene a lo mismo de siempre y ésta es una apuesta audaz y novedosa.

Todo esto sería maravilloso si no fuera porque la historia me pareció carente de interés y el personaje principal un tibio pusilánime. El guión es pretencioso y se pierde en largos diálogos que me aburrieron en su mayoría. Sólo en momentos puntuales, como los del vuelo, mis ojos adquirieron una mayor redondez.

Que el papel que encarna Michael Keaton me resulte de los menos atractivos es un “pequeño” inconveniente, teniendo en cuenta que se trata del protagonista. A pesar de eso, no me extrañaría que le concedieran el Óscar, ya que el problema no es interpretativo sino de cómo está construido el personaje. Mucha más personalidad y fuerza me transmitió el de Edward Norton e incluso el de Emma Stone.

Se echan mucho de menos más momentos y situaciones de comedia disparatada. La sensación claustrofóbica que puede llegar a provocar al desarrollarse en los mismos espacios cerrados y esa pérdida de la noción temporal que suscitan las numerosas repeticiones, la hacen más pesada aún. No obstante, los pocos exteriores que hay están muy bien rodados y dan mucha sensación de realidad, se pueden respirar las calles de Manhattan.

En definitiva, un ejercicio cinematográfico muy interesante pero con pocas dosis de diversión y entretenimiento, aunque estoy seguro que con ese ambiente bohemio teatral y su aire intelectualoide, será del gusto de cualquier cultureta que se precie.

22/01/2015

jueves, 15 de enero de 2015

INVENCIBLE (UNBROKEN)

Segunda película de Angelina Jolie como directora, con guión de los hermanos Cohen, está basada en la historia real de Louis Zamperini, una joven estrella del atletismo estadounidense de origen italiano, que ve truncada su carrera deportiva por servir en la segunda guerra mundial.

Con una estética muy atractiva y cuidada, el filme comienza con mucha fuerza, abriendo con una secuencia bélica aérea para trasladarnos después a la infancia y juventud del protagonista. El ritmo narrativo es bueno hasta que se detiene demasiado en la escena de la balsa (que recuerda bastante a “La vida de Pí”). Bien es cierto que la directora ha querido transmitir esa sensación de desesperanza dilatando dicha parte del metraje, pero retiene demasiado su agilidad inicial y no la recupera después.

Personalmente hubiera preferido que la película narrara la biografía completa de este personaje y que fuera más dinámica, con episodios más impactantes y épicos, aunque los tiene, y también con más deporte y menos guerra, pero quizás se han querido ceñir a la realidad y a la parte más impactante de su vida. Se centra, por tanto, en su cautiverio en un campo de prisioneros japonés y en este sentido se convierte un poco en una “americanada”, con un malo malísimo (japonés) y un bueno tan valiente y fuerte que parece un superhéroe (americano). Aunque tal vez, como suele pasar, la realidad supere a la ficción.

Varios pequeños detalles me llamaron la atención. Por un lado el extraño modo en el que les crecía la barba a dos de los náufragos que llevaban en una balsa en altamar 47 días. Por otro, que los cortes de pelo de los soldados del campo de prisioneros estuvieran perfectos y con estilo. Señalar también el tinte negro tan cantoso del protagonista, seguramente para hacerlo más italiano.

La música, a cargo de uno de los mejores compositores de cine de los últimos años que posee ya su sello propio, el francés Alexandre Desplat, paradógicamente se acerca en ciertos momentos a estilos más americanizados como los de John Williams o James Horner.

En general, se deja ver bastante bien y tiene un maravilloso mensaje final absolutamente ejemplarizante.

02/01/2015

jueves, 8 de enero de 2015

EL HOBBIT: LA BATALLA DE LOS CINCO EJÉRCITOS

Por fin termina esta saga de tres más tres películas realizadas por Peter Jackson que tanto impacto creó en su momento pero que parece ya bastante agotada.

Seguramente habrá opiniones para todos los gustos pero, a pesar de no ser muy brillante, esta última entrega me ha servido para reconciliarme con la serie.

Poco más hay que comentar, no existen demasiadas novedades. Si acaso la aparición de algunas criaturas fantásticas, sobre todo una larga colección de orcos que curiosamente, a pesar de su envergadura, equipamiento, entrenamiento y armamento, son unos desastres en la lucha cuerpo a cuerpo, incluso un inocente hobbit es capaz de matar a unos cuantos que lo triplican en tamaño con una aparentemente inofensiva piedra, pero por algo es de género fantástico.

Volver a decir que es un prodigio de efectos visuales, con una maravillosa escenografía y riqueza paisajística suena ya a tópico, pero así es.

Este capítulo contaba con el hándicap de tener que explicar en algo más de dos horas las pocas páginas del libro que quedaban por relatar, y eso le hacía tener que extenderse más allá de lo que Tolkien reflejó en el texto con una batalla de una hora de duración prácticamente. Por fortuna dicha contienda, lejos de ser aburrida, se convierte en la mejor parte de la cinta, ya que narra diferentes tipos de lucha desde diversos puntos de vista, lo que la hace muy variada.

Creo que su punto débil vuelve a ser dilatar en demasía ciertas secuencias y abrumar con un exceso de solemnidad que no da lugar apenas a distender con momentos cómicos.

Por tanto, decoroso final para esta trilogía que, aunque no ha estado a la altura de su predecesora, ha supuesto la materialización cinematográfica de dos de las obras cumbres de la literatura universal y que convierte los mundos fantásticos de J. R. R. Tolkien y su visión de lo que supone la avaricia y el materialismo, en una auténtica obra de arte.

26/12/2014

viernes, 2 de enero de 2015

EXODUS: DIOSES Y REYES

Cuando abordamos esta película, supongo que todo el mundo tiene en mente las dos superproducciones anteriores que tratan la misma historia. Por un lado la obra maestra del 56, maravillosamente poética, dirigida por Cecil B. de Mille (aunque vista hoy día las interpretaciones son muy teatrales y cantan mucho los decorados de estudio, los cromas y los efectos visuales. Tal vez haya envejecido mal pero es muy meritoria para la época) y por otro la espectacular versión animada de 1998, que produjo la Dreamworks y que fue impulsada por Steven Spielberg.

Esta nueva versión no llega a la categoría de las otras dos pero la apuesta de Ridley Scott es intentar al menos aportar algo diferente y no limitarse a repetir lo mismo que ya conocemos de la misma manera. En este sentido puede resultar frustrante para el que espere ver modernizado literalmente el Moisés de Charlton Heston.

Lo primero que llama la atención es que la película comienza cuando el profeta es ya un adulto y por tanto obvia el famoso capítulo que rinde honor a su nombre. Posteriormente la película se estructura en secciones, de longitud un tanto excesiva, jalonadas por una serie de elipsis que pueden llegar a ser irritantes para los que ya conocen la historia y que posiblemente dificulten la comprensión a los jóvenes que no la dominen. Ciertamente faltan datos para entender del todo bien la evolución psicológica de los personajes.

Por lo demás, resulta muy atractiva por la fuerza de sus imágenes y la belleza de sus paisajes (rodados en gran parte en España). La dirección de arte, ambientación y puesta en escena son absolutamente asombrosas. Todo está envuelto en una apariencia y narrativa mucho más realista y menos mágica de la historia, que la aleja en ciertos aspectos de la escritura bíblica. Un ejemplo es la forma en la que se manifiesta Dios.

Sin entrar mucho en consideraciones teológicas, me resulta llamativo que una de las principales características de la personalidad de Dios sea uno de sus siete pecados capitales, la ira, al igual que la crueldad ¡y no veas cómo se las gasta! Muestras de ello son el capítulo bíblico que se trata en esta película y en la reciente “Noé”. Digamos que no se anda con chiquitas si tiene que exterminar a la humanidad a través de un diluvio o acabar con todos los primogénitos de una ciudad entera sin despeinarse. También creo irónico denominar a los judíos “el pueblo elegido”, porque parece que ha sido elegido para, con perdón, ser puteado, no tenemos más que remitirnos a la historia más remota o reciente.

Por último hablar del capítulo musical que ha estado a cargo de uno de nuestros mejores compositores, Alberto Iglesias (reseñable es también la estelar participación de la actriz española María Valverde, que hace de esposa de Moisés). Iglesias realiza un trabajo monumental, encomiable, con una banda sonora funcional pero en la que desafortunadamente se aleja de su personal estilo y se acerca, curiosamente, al de Hans Zimmer.

En resumen, una película muy bien hecha y entretenida que nos ofrece una visión distinta de las escrituras, pero que se queda lejos de la denominación de obra maestra.

20/12/2014