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jueves, 24 de julio de 2014

SUSPENSE


 
En esta ocasión no hablaré de un estreno sino de este clásico del año 61, dirigido por Jack Clayton y protagonizado por Deborah Kerr, basado en la novela gótica de Henry James “Otra vuelta de tuerca” y cuyo título original es “The Innocents” (mucho más coherente que el título en español).

Ya a finales de los años 80, siendo yo un crío, escuchaba vociferar a Carlos Pumares a través de las ondas, en el mítico programa radiofónico “Polvo de Estrellas” de la ya extinta antena 3 radio, calificando a esta película como la más grande obra maestra del cine de terror y, después de 25 años intentando conseguir una copia para constatarlo, se me ocurrió la sencilla idea de buscarla en youtube, donde está en versión original subtitulada. A pesar de mis altísimas expectativas no me ha decepcionado en absoluto, más aún, me ha sorprendido muy gratamente.

Como esperaba, este tipo de películas ya no nos dan miedo, obviamente no se trata de un terror moderno al que ahora estamos acostumbrados pero goza de imágenes muy potentes. Me parece original que no se conforma con sugerir sombras o espectros casi imperceptibles por el espectador si no que muestra las figuras fantasmales de una forma muy directa, lo cual la hace más inquietante. Reconozco que en una de las escenas un escalofrío me recorrió todo el cuerpo.

La ambientación es tenebrista y tiene algunos de los clichés típicos de los filmes de terror, o digamos más bien que es de ella de la que muchos cineastas han tomado referencia para producciones de este género, si no que se lo digan a Amenábar que calca numerosos elementos para “Los Otros”. Aún así no pretende ser artificiosa y huye del abuso de los golpes de efecto.

Lo mejor es el guión, basado en la historia de Henry James, está escrito por William Archibald y el genial Truman Capote, cuya mano se nota bastante tratando con mucho tacto un tema tremendamente aberrante y que hasta hoy día nos parece escandaloso. Llama la atención lo atrevido de su temática para la época en la que está hecha. Ya nos sorprendió el propio Capote con una visión liberal de la mujer, en una época que no lo era, en “Desayuno con Diamantes”.

La manera en la que está contada sugiere varias interpretaciones de lo que realmente pasa y juega con esa ambivalencia que mantiene el interés en todo momento. Solo al final se puede deducir lo que sucede sin cerrarse a diferentes lecturas.

Completa la obra el compositor francés perteneciente al grupo de “Los Seis” Georges Auric, que nos imbuye en esta lúgubre atmósfera a través de una sobrecogedora melodía infantil.

Ratifico este filme como una obra maestra y la podría englobar dentro de esas películas con niños que tienen ambientación oscura y turbadora como “Matar un ruiseñor” o “La noche del cazador”.

24/07/2014