No puedo evitar la comparación entre ambas por proximidad temporal y género. Desde el punto de vista estético tienen lógicos elementos en común, pero notables diferencias en otros muchos aspectos que las hacen ser muy distintas. Por un lado, la escenografía y los efectos visuales, mucho más impresionantes y realistas en Gravity. El guión, sencillo y lineal en la producción de Cuarón, es intrincado, complejo y por momentos hasta enrevesado en la de Nolan. La primera aborda el tema científico desde una perspectiva más realista y tecnológica e Interstellar pretende tratarlo de manera más profunda y teórica, introduciendo altas dosis de ficción.
En definitiva, se trata de una cinta dispar que ha contado con el estimable asesoramiento del prestigioso científico Kip Thorne, uno de los mayores expertos mundiales en las aplicaciones a la astrofísica de la teoría de la relatividad general de Einstein y que también ha participado como productor ejecutivo. Es interesante la forma en la que resuelve visualmente ciertos aspectos teóricos que son difíciles de imaginar, pero se pierde demasiado en un metraje excesivamente largo y falto de ritmo que la hace pesada. Por suerte remonta al final y deja con un sabor algo agradable.
La música, de Hans Zimmer, ha sido objeto de alabanza por parte de ciertos sectores de la crítica especializada. Personalmente, me gusta cuando su música no parece suya, y este es el caso. Considero también positivo el uso de diferentes registros sonoros que le dan variedad, utilizando un fondo musical etéreo que le confiere ese ambiente espacial necesario y que nos acerca a un estilo new age, el uso minimalista del piano y un estilo más clásico con el que se hace referencia directa a “2001”.
Como curiosidad y homenaje también a la obra maestra de Kubrik e incluso a “Star Wars”, es la aparición de un robot de dudoso gusto estético en su diseño (más simple no puede ser, realmente minimalista), pero que sirve de contrapunto simpático en la película.
En conclusión, creo que es una película que hubiera ganado muchísimo si se hubiera apostado por un montaje adecuado y un metraje más reducido.